diumenge, 10 d’abril del 2011

SILENCIO EN LA SALA


El silencio casi siempre es bienvenido, al menos para mi.
Me gusta el silencio, me inspira ... sobre todo cuando leo he imagino,
cuando pienso  y cuando duermo, lo necesito.
Con el silencio puedo reír y llorar, puedo correr y dibujar
Mi silencio es un poco travieso... no sé, como sera el vuestro?
pero el mio siempre me dice algo. Hay veces que conversamos en voz baja y otras en voz mas alta.
El silencio y yo no siempre estamos de acuerdo, a veces cuando mas lo necesito, se despista y anda fuera de onda, no se lo tengo en cuenta, pues a el le pasa lo mismo conmigo, me busca y yo no estoy.

Una tarde con mi silencio
La sala grande, mis obras y el ronroneo del agua, en la fuente del jardín de las cerezas, a las cinco de la tarde mientras el sol va buscando ventanas para hurgarlas con sus dedos.  El techo  repleto de cerezas rojas  pendientes de un hilo de libertad,. El y yo somos cómplices de esos instantes;  mientras yo ato la hoja de papel en el extremo del hilo, el me ayuda ha imaginar, el deseo que alguien va ha escribir... y dejara ir en silencio...

el silencio habla por si solo